Podrás leerlo pinchando sobre la imagen
El diario de Ana Frank (1947)
¿En qué época histórica vivió Ana Frank?
Lee el Diario pinchando sobre la imagen del libro
Muy recomendable la versión cómic...
Antes de leer...
Pinocho el astuto (Gianni Rodari)
Actividades
1. ¿Qué similitudes y diferencias puedes mencionar entre el verdadero Pinocho y este?
2. ¿Qué tipo de cuento es? Explica y da ejemplos que respalden tu postura.
3. ¿Qué final crees que es el más adecuado para el relato? Explica.
4. A continuación, lee el siguiente “final” y luego responde:
El final del autor
El primer final está equivocado porque no es justo que Pinocho el astuto, después de todos esos embustes, sea festejado como un benefactor. Dudo entre el segundo y el tercero. El segundo es más gracioso, el tercero más mal intencionado.
a) ¿Estás de acuerdo en que el primer final no es justo? ¿Cumple con los finales de los cuentos maravillosos? Explica por qué.
b) ¿Por qué duda el autor que el final esté entre el segundo y el tercero?
c) Como habrás notado, ninguno
de los tres finales conforma al autor, a continuación, elabora un final
diferente para este relato y que pueda dejar a todos conformes.
Otras actividades
Después de la lectura, responde:
1. ¿Quiénes son los personajes?
2. ¿Cómo es Pinocho? ¿Se parece al del cuento?
3. ¿Qué le ocurre a Pinocho?
4. ¿A qué se dedica?
5. ¿Por qué contrata Pinocho un sugeridor?
6. ¿En qué final Pinocho se comporta mal y se vuelve mezquino?
7. ¿En qué final Pinocho se comporta bien y es querido por todos?
8. ¿En qué final Pinocho es engañado?
9. ¿A qué género literario pertenece el texto?
a. Narrativo: cuenta una historia.
b. Lírico: expresa sentimientos y emociones, fundamentalmente en verso.
c. Dramático: compuesto de diálogos para ser representado ante un público.
10. ¿A qué subgénero pertenece la historia?
Puedes hacer una cruz a más de una opción.
a. Fantástico.
b. Amor.
c. Miedo.
d. Misterio
e. Policial
f. Humor.
g. Infantil
11. Inventa un final distinto para la historia.
12. Vamos a grabar en audio este cuento con un final que escribiremos entre todos, ¿te atreves?
Tomado de : https://llevatetodo.com/pinocho-el-astuto/
13. ¿Conoces a Gianni Rodari? Busca infromación sobre él y elige un cuento que te guste para leerlo en clase con los compañeros.
Escucha la historia...
El primer vídeo modifica algunas partes de la historia original de Rodari, pero es muy interesante porque fue realizado para el programa Bibliotecas para Armar, un taller de producción audiovisual para los internos del Complejo Penitenciario Nº 2 de Villa Devoto (Argentina).
El país sin punta
Juanito
Pierdedía era un gran viajero. Viaja que te viaja, llegó una vez a un
pueblo en que las esquinas de las casas eran redondas y los techos no
terminaban en punta, sino en una suave curva.
A
lo largo de la calle corría un seto de rosas, y a Juanito se le ocurrió
ponerse una en el ojal. Mientras cortaba la rosa estaba muy atento
para no pincharse con las espinas, pero enseguida se dio cuenta de que
las espinas no pinchaban; no tenían punta y parecían de goma, y hacían
cosquillas en la mano. "Vaya, vaya", dijo Juanito en voz alta.
De detrás del seto apareció sonriente un guardia municipal. "¿No sabe que está prohibido cortar rosas?"
"Lo siento, no había pensado en ello."
"Entonces
pagará sólo media multa", dijo el guardia, que con aquella sonrisa bien
habría podido ser el hombrecillo de mantequilla que condujo a Pinocho
al País de los Tontos.
Juanito observó que el guardia escribía la multa con un lápiz sin punta, y le dijo sin querer:
"Disculpe, ¿me deja ver su espada?"
"¡Como no!", dijo el guardia.
Y, naturalmente, tampoco la espada tenía punta.
"¿Pero qué clase de país es este?", preguntó Juanito.
"Es
el País sin punta", respondió el guardia, con tanta amabilidad que sus
palabras deberían escribirse todas en letra mayúscula.
"¿Y cómo hacen los clavos?"
"Los suprimimos hace tiempo; sólo utilizamos goma de pegar. Y ahora, por favor, deme dos bofetadas."
Juanito
abrió la boca asombrado, como si hubiera tenido que tragarse un pastel
entero.
"Por favor, no quiero terminar en la cárcel por ultraje a la autoridad.
Si acaso las dos bofetadas tendría que recibirlas yo, no darlas."
"Pero
aquí se hace de esta manera", le explicó amablemente el guardia. "Por
una multa entera, cuatro bofetadas, por media multa, sólo dos."
"¿Al guardia?"
"Al guardia."
"Pero esto no es justo; es terrible."
"Claro
que no es justo, claro que es terrible", dijo el guardia. "Es algo tan
odioso que la gente, para no verse obligada a abofetear a unos
pobrecillos inocentes, se mira muy mucho antes de hacer algo contra la
ley. Vamos, deme las dos bofetadas, y otra vez vaya con más cuidado."
— Pero yo no le quiero dar ni siquiera un soplido en la mejilla; en lugar de
las bofetadas le haré una caricia.
— Siendo así — concluyó el guardia—, tendré que acompañarle hasta la frontera.
Y Juanito, humilladísimo fue obligado a abandonar el País sin punta. Pero todavía hoy sueña con poder regresar allí algún día.
1) Después de leer atentamente el cuento, contesta:
- ¿Quién es Juanito Pierdedía?
- ¿Qué le pasa? -
¿En dónde está?
- ¿Qué peculiaridad tiene el país que está visitando?
- ¿Qué es lo primero que hace cuando llega allí? -
¿Qué le pasa a las rosas de ese país?
- ¿Qué le dice el guardia?
- ¿Por qué Juanito no quiere pegarle al guardia?
- ¿Qué te parece la forma de poner multas del País sin Punta?
- ¿Te parece razonable esa forma de multar a la gente que hace las cosas mal?
2) ¿Te gustaría vivir en un país como el País sin Punta? ¿Por qué?
3) Haz una pequeña descripción de cómo podría ser la calle donde tu vives si no tuvieran punta las cosas.
4) Haz un dibujo de esa calle
5) Escribe un pequeño relato (extensión mínima media hoja) de un País sin "algo" que te gustaría que desapareciera
Ejemplo: País sin coches
Más lecturas...
La verdadera historia de Momo
Fuente:
La historia interminable (fragmento)
Obra: La Historia Interminable
Autor: Michael Ende
Cogió el libro y lo miró por todos lados. Las tapas eran de color cobre y brillaban al mover el libro. Al hojearlo por encima, vio que el texto estaba impreso en dos colores. No parecía tener ilustraciones, pero sí unas letras iniciales de capítulo grandes y hermosas. Mirando con más atención la portada, descubrió en ella dos serpientes, una clara y otra oscura, que se mordían mutuamente la cola formando un óvalo. Y en ese óvalo, en letras caprichosamente entrelazadas, estaba el título: La Historia Interminable.
Las pasiones humanas son un misterio, y a los niños les pasa lo mismo que a los mayores. Los que se dejan llevar por ellas no pueden explicárselas, y los que no las han vivido no pueden comprenderlas. Hay hombres que se juegan la vida para subir a una montaña. Nadie, ni siquiera ellos, puede explicar realmente por qué. Otros se arruinan para conquistar el corazón de una persona que no quiere saber nada de ellos. Otros se destruyen a sí mismos por no saber resistir los placeres de la mesa... o de la botella. Algunos pierden cuanto tienen para ganar en un juego de azar, o lo sacrifican todo a una idea fija que jamás podrá realizarse. Unos cuantos creen que sólo serían felices en algún lugar distinto, y recorren el mundo durante toda su vida. Y unos pocos no descansan hasta que consiguen ser poderosos. En resumen: hay tantas pasiones distintas como personas distintas hay.
La pasión de Bastián Baltasar Bux eran los libros.
Quien no haya pasado nunca tardes enteras delante de un libro, con las orejas ardiéndole y el pelo caído por la cara, leyendo y leyendo, olvidado del mundo y sin darse cuenta de que tenía hambre o se estaba quedando helado...
Quien nunca haya leído en secreto a la luz de una linterna, bajo la manta, porque Papá o Mamá o alguna otra persona solícita le ha apagado la luz con el argumento bien intencionado de que tiene que dormir, porque mañana hay que levantarse temprano...
Quien nunca haya llorado abierta o disimuladamente lágrimas amargas, porque una historia maravillosa acababa y había que decir adiós a personajes con los que había corrido tantas aventuras, a los que quería y admiraba, por los que había temido y rezado, y sin cuya compañía la vida le parecería vacía y sin sentido...
Quien no conozca todo eso por propia experiencia, no podrá comprender probablemente lo que Bastián hizo entonces.
Miró fijamente el título del libro y sintió frío y calor a un tiempo. Eso era, exactamente, lo que había soñado tan a menudo y lo que, desde que se había entregado a su pasión, venía deseando: ¡Una historia que no acabase nunca! ¡El libro de todos los libros! ¡Tenía que conseguirlo, costase lo que costase!
Fuente: https://recursosdidacticos.es/textos/texto.php?id=102




No hay comentarios:
Publicar un comentario